La situación crítica del lince ibérico (Lynx pardinus) impone un compromiso necesario por parte de todos los sectores de la sociedad para su conservación. Ayuntamientos, consejerías, ministerios, asociaciones ecologistas, ONGs, técnicos de medio ambiente y trabajadores de los distintos programas de conservación deben aunar sus esfuerzos y caminar de la mano para salvar la especie. El trabajo desarrollado de manera altruista por voluntarios en los distintos programas de conservación del lince ibérico es un ejemplo a seguir, y pieza importante en el puzzle de la conservación, para recuperar la especie y salvarla de la extinción.
Recogida en el Plan de Acción para la Cría en Cautividad del Lince Ibérico (aprobado en Conferencia sectorial el 30 de mayo de 2008), una de las acciones de desarrollo permanente establecidas es la de proporcionar formación a biólogos, veterinarios, licenciados en ciencias ambientales y titulaciones técnicas de Grado Medio relacionadas con la conservación de especies a través de un sistema de Voluntariado/ personal en prácticas. Por ello, el Centro de Cría del Lince Ibérico “El Acebuche” (Espacio Natural de Doñana, Huelva), el primer centro para la cría en cautividad de la especie y que junto a los construidos posteriormente forma parte del Programa de Conservación Ex-Situ del Lince ibérico, cuenta con la colaboración permanente de un grupo de voluntarios.Este programa de voluntariado, englobado dentro de la Red de Voluntarios de Parques Nacionales, se desarrolla gracias al Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) con el apoyo de SEO/Birdlife y la colaboración, en sus comienzos, de la Red de Voluntarios de Doñana y el Colegio Oficial de Biólogos de Andalucía. Desde su inicio, allá por diciembre de 2004, hasta la actualidad, han formado parte de este programa más de 100 personas, cuya dedicación y labor favorecen y permiten el buen funcionamiento del centro de cría. A cambio, reciben una formación específica sobre distintos aspectos que conciernen a la cría en cautividad de especies amenazadas en general y del lince ibérico en particular.El voluntariado del Centro de Cría de Lince Ibérico “El Acebuche” ha estado formado por distintas fases desde su origen. En sus inicios, constaba de una sola persona que, en su tiempo libre, realizaba diversas funciones de apoyo al centro. El número de voluntarios fue creciendo paulatinamente hasta ascender a 6 a finales de 2008, que se dedicaban casi exclusivamente a la observación de los linces a través del sistema de video vigilancia, tomando datos sobre la actividad y conductas de los mismos. Desde principio de 2010, el número de voluntarios se redujo a tres, debido a la contratación de tres video-vigilantes profesionales.Los voluntarios realizan una estancia mínima de 3 meses en períodos muy concretos del año que vienen marcados por la fisiología reproductora de la especie (período de cópulas, gestación, parto, desarrollo de cachorros y pre-celo). El trabajo que actualmente desempeñan nada tiene que envidiar al del resto de los trabajadores del centro. Al igual que el equipo de cuidadores y el de video-vigilantes profesionales, los voluntarios trabajan 40 horas semanales en jornadas de 8 horas distribuidas en turnos rotativos de mañana (8-16h), tarde (16-00h) y noche (00-8h) de lunes a domingo con dos días libres por semana.Hoy en día, el papel del voluntario está orientado al estudio etológico de los ejemplares albergados en el centro de cría siendo su principal labor también la de video-vigilancia, que permite un seguimiento continuo y exhaustivo de los individuos las 24 horas del día sin causarles molestia alguna. Dicho seguimiento se realiza en base a un patrón de muestreo estandarizado, cuyos datos permiten un análisis mensual del comportamiento de los individuos y el desarrollo de pequeños proyectos de investigación en materia de etología. Para llevar a cabo esta tarea, los voluntarios reciben una formación específica en los primeros días de trabajo y en todo momento están acompañados y atendidos por el personal del centro.Para tener una visión completa del Programa de Cría del Lince Ibérico, están establecidas actividades complementarias a desarrollar durante el período del voluntariado. Así, se desarrollan tareas de divulgación (realización de diversas actividades con la finalidad de dar a conocer la situación actual del Programa de Cría, principalmente a los visitantes del Parque Nacional de Doñana), bibliografía (organización y lectura de artículos científicos) y apoyo veterinario (ayuda en tareas de los veterinarios del centro, así como actualización de la base de datos biomédica donde se almacenan los parámetros de las diferentes analíticas realizadas). El resto del tiempo los voluntarios participan, en función de su formación e inquietudes, en otras actividades siempre y cuando sea posible.Durante su período en el centro, el voluntario desarrolla un proyecto propio, generalmente en materia de etología del lince ibérico, bajo la tutela del personal del Centro. De esta manera, organizan y tratan los datos tomados durante las horas de seguimiento, que darán forma al proyecto de investigación que se entrega al final de su estancia, redactando un informe y realizando una presentación en forma de conferencia. Los voluntarios también deben exponer en forma de conferencia al menos 2 artículos científicos (uno por mes) cuya temática, siempre orientada al mundo de la conservación, versará sobre materias concretas que interesen al centro.El tiempo libre del que dispone el voluntario puede aprovecharlo para conocer la mayor reserva ecológica de Europa, el Espacio Natural de Doñana, una de las áreas naturales protegidas más importantes del mundo declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1994. Para ello, se ofrece la posibilidad de visitas guiadas y el contacto con personas que trabajan en el censo y anillamiento científico de aves, así como otras actividades relacionadas con el entorno natural del parque.Además de esta formación, el programa proporciona a los voluntarios alojamiento, manutención y seguro médico y consta también de una bolsa de trabajo de la que han salido el 70% de los trabajadores que conforman la actual plantilla del Centro.Trabajando duro, y obteniendo una gran recompensa a nivel profesional y personal, los voluntarios constituyen un pilar imprescindible para salvar de la extinción a la especie de felino más amenazado del planeta. Esta es una oportunidad única para desarrollarse profesionalmente en el mundo de la conservación, formando parte de un programa ex situ a nivel internacional, observando y estudiando el comportamiento de una especie tan emblemática y bella como es el lince ibéricoMás información: www.lynxexsitu.es

 

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