“Científicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Unidad Hermosillo, desarrollaron un bio-envase antioxidante a partir de ácido poliláctico (PLA) y alfa-tocoferol (vitamina E).
Los investigadores utilizaron el ácido poliláctico que se obtiene de maíz, trigo, arroz o suero de leche, entre otras materias renovables, y como aditivo emplearon alfa-tocoferol que le da una característica antioxidante al envase.
Estos envases se emplearán en alimentos ricos en grasas insaturadas, susceptibles a la oxidación y para detener dicho proceso se le adicionó vitamina E, sustancia que contribuye a prolongar su vida de anaquel y evita, en el caso del aceite, cambie su sabor.
Las características de este envase son útiles ya que protegen los alimentos de la oxidación durante su almacenamiento. Además es un material obtenido de fuentes renovables que cuando se deseche podrá degradarse en un tiempo corto, sobre todo en condiciones de composta.
El ácido poliláctico es un polímero usado en contenedores de alimentos y puede procesarse en equipos convencionales como charolas, botellas o películas de protección para envases. En este caso, adicionándole vitamina E, se mantiene intacto mientras no se someta a condiciones en las que microorganismos puedan atacarlo como sucede a temperaturas altas y humedad”.
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