El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), España, ha fabricado una botella de plástico de aspecto tradicional, pero sin estar compuesta de materiales derivados del petróleo. Sólo contiene recursos vegetales como el maíz, del que se extrae el ácido poliláctico (con el que se fabrican los bioplásticos).
El problema que presentaban hasta ahora los bioplásticos era su falta de resistencia frente a líquidos, que llegaban a romper la botella y filtrarse al exterior.
Los compuestos de esta nueva botella se basan en nonoarcillas, es decir, en agregados microscópicos que pueden variar el comportamiento de los materiales, dotándoles de una mayor resistencia. Con el nanocompouesto, el envase sigue manteniendo la capacidad para biodegradarse. Al añadir el nanorefuerzo, aumenta su permeabilidad a los gases y se hace más resistente a temperaturas extremas y golpes.
La principal diferencia del bioplástico reforzado creado por el Instituto español con respecto a otros, radica en la utilización de las nanoarcillas. Con ellas, ya no es necesario el uso de nuevas capas o de procesos en la elaboración de las botellas, lo que supone, además, un ahorro energético en la producción.
El Instituto Tecnológico del Embalaje asegura que varias multinacionales de bebidas ya se han interesado por su nuevo material para vender sus productos.
Fuente: http://www.ambientum.com