Este día originariamente se celebraba el 29 de Diciembre, pero para darle mayor realce, la ONU por Res. Nº 55 del 20-12-00, lo cambió al 22 de Mayo, fecha que coincide con la aprobación del texto del Convenio sobre Diversidad Biológica. El término Biodiversidad, es relativamente nuevo, ya que se acuñó en 1985 y es una contracción de la expresión ‘diversidad biológica’, comprensiva de la variedad del mundo biológico y casi sinónimo de ‘vida sobre la Tierra’.
En la fecha deberíamos tomar conciencia sobre los peligros que se ciernen sobre la misma y que indican que: «el mundo se encuentra ahora en medio de la más rápida extinción masiva de seres vivientes en la historia de nuestro Planeta» y «ha perdido un tercio de su riqueza natural». (1)
«El empobrecimiento de la biodiversidad constituye uno de los aspectos más preocupantes de la crisis ecológica mundial. Se estima que entre 50 y 300 especies se extinguen cada día» (2).
Como si lo expuesto fuera un tema menor, veamos que: «No menos de 4000 y posiblemente hasta 90000 especies mueren cada año».
«Las selvas tropicales están desapareciendo a una tasa de casi el 1% anual».
«La diversidad genética de los cultivos desaparece del campo a una tasa del 2% anual».
«Las razas de ganado domesticado se está extinguiendo a una tasa del 5% anual».
«Más de 34.000 especies de plantas (12,5% de la flora) está en peligro de extinción» y cada planta superior que desaparece extingue no menos de 30 especies (insectos, hongos, bacterias). (3).
A mediados del 70 Garrison Wilkes escribió: «que la desaparición masiva de variedades vegetales desarrolladas por los agricultores, debido a su desplazamiento por las variedades producidas por las corporaciones era «como construir el techo quitando piedras de los cimientos».
Esta pérdida de recursos biológicos esenciales para la vida, tendrá consecuencias nefastas en los tiempos venideros e impactarán en la gran discusión que ya ha comenzado en el mundo, sobre el aprovechamiento y utilización de los recursos derivados de la biodiversidad a través del uso de tecnologías de última generación.
Esa disyuntiva plantea lo siguiente: ¿La diversidad biológica servirá de soporte al mejoramiento de la condiciones de vida de toda la humanidad? o en su defecto ¿beneficiará a aquellos que posean la tecnología para su transformación y comercialización? No es casual que hoy se esté hablando de la entrada a una nueva era: «el siglo de las biotecnologías», caracterizado por una capacidad inédita de moldear la naturaleza y de crear una fauna y una flora bio-industriales».(4)
Ya se han empezado a mover las piezas en el tablero internacional en esa dirección y los dueños del poder enrolados en las grandes multinacionales aspiran a controlar en su provecho los logros de esta nueva revolución industrial, que se expresa en el dominio del patrimonio genético.
«Lo que puede parecer una loca pretensión, es factible, gracias a la extensión de la patentabilidad al mundo viviente». (5)
Observemos simplemente como la ciencia y la tecnología han dado un vuelco sin precedentes y han orientados sus investigaciones y estudios hacia el campo de la manipulación genética tendiente a la transformación y aprovechamiento de los recursos referidos.
Tan es así, que a diario se destinan más y más recursos económicos al descubrimiento de nuevas drogas o fármacos derivados de plantas o especies vegetales, sobre las cuales las culturas antiguas tenían un conocimiento acabado en torno a sus propiedades curativas.
En igual sentido se trabaja en relación a la utilización de especies no tradicionales como base de la alimentación en un mundo que día a día demanda más y mejores alimentos.
Si a estas circunstancias las convinamos con el hecho de que los países del Norte han agotado gran parte de los recursos de la flora y fauna, habiendo contribuido a la extinción de miles de especies antes de que pudieran ser estudiadas o catalogadas, tendremos un panorama más que difícil.
Sepamos que un país chico en cuanto a su territorio como es Ecuador, tiene una variedad biológica mucho lás rica en cantidad y calidad, que la del conjunto de los países de la Comunidad Europea.
En ese sentido: Las firmas del complejo genético-industrial argumentan que la protección mediante patentes constituye una condición indispensable para la inversión en la investigación y desarrollo». (6)
Un informe de la Red Rongead, bajo el título de «Gatt. Sobre Ideas y Comercio» expresa: «La presión para lograr un mayor alcance de las patentes es ejercida, fundamentalmente, por las corporaciones transnacionales (TNCs) del Norte. Estas abogan por la aplicación en todo el mundo de los sistemas de patentes y porque estas últimas alcancen todos los productos, incluyendo los medicamentos y los productos derivados de la biotecnología».
Surendra Patel de la Universidad de las Naciones Unidas, expresa: «DE TODAS LAS RELACIONES EXISTENTES ENTRE LOS PAÍSES DESARROLLADOS Y AQUELLOS EN VÍAS DE DESARROLLO, EL SISTEMA DE PATENTES ES EL MAS INJUSTO».(7)
La ley de patentes ya existe en nuestro país y el patrimonio referido se ve sometido a la apropiación privada como una mercancía más, en el camino han quedado profundamente marcadas las huellas de los lobbys de los grandes laboratorios internacionales y las presiones de algunos embajadores extranjeros. El ALCA agravará esta situación.
Esto se potencia en un mundo en el que bastos sectores demandan mayores recursos, a los cuales se les está erosionando el derecho de usar y desarrollar la diversidad, a través de la propiedad intelectual (patentes) y la dominación de los gobiernos por las corporaciones. No debemos olvidar que más del 90% de los científicos y 94% de las patentes de invención son detentadas por los países enriquecidos del Norte.
Y por ello, lo que queda de la diversidad y las tecnologías que las pueden transformar están concentrándose en manos de empresas oligopólicas.
Las presiones en esta dirección saltan a la vista, cada vez más desembozadamente surgen propuestas como cambio de deuda externa por naturaleza o territorios vírgenes.
En torno a los recursos de la biodiversidad se mueve un tremendo potencial estratégico, económico y científico.
«Es legítimo afirmar hoy que el control de la biodiversidad genética es un objetivo importante y prioritario en la política del Norte desarrollado.
Este nuevo debate se centra en el control y aprovechamiento de los recursos genéticos silvestres».(6)
Para evitar la apropiación indebida de estos bienes no alcanza con la disposición del Art. 41 de la Constitución Nacional que dice: «Las autoridades proveerán …a la preservación…de la diversidad biológica,…», sino que es necesaria la toma de conciencia y la participación ciudadana.
Consciente de esta problemática en la Encíclica Centesimus Annus, el Papa Juan Pablo II señala: que «es deber del Estado proveer a la defensa de los bienes colectivos como son el ambiente natural, cuya salvaguarda no puede estar asegurada por los simples mecanismos de mercado».
En la misma orientación, la Convención Internacional de Diversidad Biológica de Río 92, en su Art. 1º dispone como objetivo: «la conservación de la diversidad biológica, la utilización duradera de sus elementos y el reparto justo y equitativo de las ventajas que derivan de la explotación de los recursos genéticos».
Todo ello demuestra que su utilización debe estar al servicio del crecimiento económico y equidad social de quienes son sus propietarios, es decir, los pueblos de las naciones subdesarrolladas.
Si entendemos que la especie en peligro somos nosotros mismos, entenderemos la necesidad de la efectiva protección de la biodiversidad y quizás en esa prevención se sustente gran parte del mejoramiento de las posibilidades futuras del país y de la humanidad.
Por Dr. Ricardo Luis Mascheroni
Docente Universitario
Ref:
(1) Diario El Litoral, 10-X-98, página 1, segunda sección.
(2 Jean Paul Marechal. Le Monde, pag. 30, Diciembre 99.
(3) Pat Roy Mooney, EL SIGLO ETC, Edit. Nordan, Enero 2002.
(4), (5) y (6) Jean Paul Marechal, op. cit.
(7) R. Mascheroni en Revista del Colegio de Abogados de Santa Fe, Abril de 1995, N° 2.
(8) La protección y aprovechamiento de la biodiversidad- Osvaldo Alvarez Guerrero- en «Crisis ambiental y desarrollo económico» CLEA-Fund.Ebert.
Fuente: www.ecoportal.net