El Satélite de Aplicaciones Científicas SAC-D/Aquarius es el cuarto y más complejo que abordan en conjunto la estadounidense NASA y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina.
Después de años de cálculos, experimentos, y pruebas de simulación, el satélite argentino SAC-D Aquarius se apresta a funcionar como observatorio del océano, el clima y el ambiente. En la construcción de este nuevo artefacto del Plan Espacial Nacional de Argentina participaron entes del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y empresas de base tecnológica y la NASA.
Equipado con instrumentos de Argentina y Estados Unidos, con aportes de Canadá, Francia e Italia, el Satélite de Aplicaciones Científicas SAC-D/Aquarius partió al espacio el 10 de este mes desde la base aérea de Vandenberg, en el occidental estado estadounidense de California.
Los paneles solares que lleva el satélite han sido desarrollados y fabricados por el Departamento de Energía Solar de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El Aquarius es una estructura octogonal de aluminio que lleva a bordo nueve instrumentos (cinco desarrollados en el país) que combina tecnologías para la observación de la Tierra y puede aportar más datos sobre el cambio climático
El Aquarius medirá la salinidad del océano y su temperatura superficial, lo que permitirá comprender mejor cómo influye en la circulación oceánica, las condiciones meteorológicas y el clima el intercambio de enormes masas de agua dulce entre el mar, la atmósfera y la concentración los hielos marinos. Permitirá medir la humedad y temperatura del suelo en grandes extensiones, habilitando alertas tempranas sobre inundaciones o sequías. El radiómetro de microondas medirá la velocidad del viento, las precipitaciones y la distribución de hielos marinos. La cámara infrarroja de nueva tecnología controlará fuegos, volcanes y reconocerá tormentas eléctricas y detectará buques para control de recursos pesqueros.
Estos datos serán de libre acceso en Internet, y se podrán elaborar modelos de previsión meteorológica y climática mucho más precisos.
El SAC-D pesa 1.400 kilogramos, tiene 2,7 metros de diámetro y siete de largo con su antena desplegada. Alcanza una velocidad de 28.000 kilómetros por hora y puede dar 14 vueltas a la Tierra en un día.
El Aquarius tiene una vida útil de un lustro, pero podría durar más, como el satélite anterior que pusieron en órbita la Conae y la NASA en 2000, que sigue prestando servicios. Los primeros datos llegarán un mes después del lanzamiento.
Argentina se encargará de recibir la información del SAC-D y de subir los comandos desde la Estación Terrena del Centro Espacial Teófilo Tabanera, en la localidad de Falda del Carmen de Córdoba, provincia del centro del país y reunirá toda la información que envíe para ponerla a disposición de la comunidad académica, la actividad económica y el público.
Los instrumentos de la Conae fueron pensados para aplicaciones específicas en territorio argentino. Pero sus servicios pueden ser utilizados por otros países de América Latina si se planifica de antemano
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