A fines del año 2010, México comenzó a construir una obra maestra y de grandes dimensiones, en el fondo marino.

Es muy conocida la riqueza marina y de gran belleza natural que cuenta este país, y un grupo visionario no lo han dejado pasar.

El museo contará con cuatro «salas», ubicadas en Punta Nizuc, Manchones, la zona de «La Carbonera» en Isla Mujeres, y el área denominada «Aristos» en Punta Cancún en el sudoriental estado de Quintana Roo, cada una de ellas con aproximadamente un kilómetros cuadrado de extensión sobre el suelo marino.

El museo fue inaugurado a principios de Mayo, con la presentación de 3 obras de arte del artista Jason de Caires Taylor, bajo el nombre de “Museo Escultórico Subacuático”.

Algunas de las piezas de la exposición han sido colocadas a nueve metros de profundidad, donde los visitantes pueden recorrer la zona y apreciarlas mediante la técnica del buceo o el “snorkel” en toda su magnitud.

La obra finalizara cunado se coloquen en el fondo marino 400 estructuras de cemento como parte de una inversión de unos US $350,000, impulsada por el ministerio de Medio Ambiente de México y la Asociación de Náuticos de Cancún, que servirán de base para nuevos huéspedes; que miles de peces empiecen a colonizarlas, que las algas hagan su trabajo de «decorar» las mismas y que sirvan de base para el establecimiento de arrecifes de coral.

Las cuatrocientas figuras humanas han sido talladas a tamaño natural. Los modelos para las esculturas han sido tomados de la realidad y, en algunos casos, han permanecido inmóviles durante horas, mientras eran cubiertos de vaselina y yeso para conseguir los vaciados que luego servirían de moldes para rellenar con cemento y fibra de vidrio y que se han sumergido bajo las aguas mexicanas. Algunas piezas pesan hasta cinco toneladas.

El escultor británico ya ha participado en otros proyectos similares que ha llevado a cabo en Grenada, Reino Unido y el Caribe. Su trabajo, al margen de la calidad creativa y artística, suponen una original alternativa para ayudar a la fauna marina a repoblar arrecifes coralinos.

Conociendo a Jason de Caires Taylor

El escultor Jason de Caires Taylor nació en 1974, de padre británico y de madre guyanesa. Educado en Inglaterra, estudió en Camberwell College of Art. Su desarrollo artístico ha sido inspirado por los trabajos de Richard Long, Christo y Claus Oldenberg.

Sus esculturas destacan por los procesos ecológicos con los que están realizadas, pero también exploran las relaciones intrincadas entre el arte moderno y el ambiente. Usa esculturas para crear los filones artificiales. Las intervenciones del artista promueven esperanza y la recuperación del medio marino, y subrayan nuestra necesidad de entender y de proteger el mundo natural.

Con cada obra quiere transmitir un mensaje que haga reflexionar al espectador sobre el mundo y su destrucción por el hombre. Taylor ha declarado que un 40% de los arrecifes en el mundo han sido destruidos y que, tal como los niños crecen y se adaptan, el paisaje marino también cambia. Las obras de Taylor se convierten en arrecifes artificiales, atrayendo una gran gama de fauna y flora marina.

El escultor también es un instructor de buceo profesional, con más de 14 años de experiencia en varios países del mundo, por ello ha elegido el medio marino para disponer sus obras. Taylor explica que la experiencia de estar bajo el agua es muy diferente a la de estar en tierra firme. Las consideraciones físicas y ópticas son distintas. Los objetos parecen 25% más grandes en el agua. El agua constituye un medio maleable que ofrece al espectador una gran gama de ángulos y perspectivas para apreciar las esculturas. Los colores se alteran cuando el agua absorbe la luz a diferentes velocidades, mientras la profundidad del agua los cambia aún más. La fuente de luz proviene de la superficie, y esto produce efectos caleidoscópicos gobernados por el movimiento del agua, las corrientes y la turbulencia.

Algunas de las que pueden verse en este impresionante museo son: ‘El corresponsal perdido’, donde muestra un hombre sentado en un escritorio cubierto de periódicos de los años setenta. Algunos tienen un significado político, pues detallan la alineación entre Granada y Cuba justo antes de la revolución. Según el artista esta obra representa los cambios de comunicación entre generaciones. Tomando la forma de un corresponsal tradicional, la solitaria figura se convierte en un fósil perteneciente a un mundo perdido.
El trabajo de Taylor refleja su propia experiencia: ‘Tuve muchos cambios desde temprana edad, porque mi familia se mudó de un entorno cultural a otro. De ahí mi fascinación por la forma en que cambian los objetos cuando se alteran los paisajes y el contexto en el que se encuentran’. ‘La Diablesse’ fue comisionada por el Ministerio de Turismo de Granada. La figura celebra la tradición oral y el folclor de la isla caribeña. El término ‘La Diablesse’ proviene del francés y significa ‘La Diabla’. Tradicionalmente, en la cultura de Granada la diabla tiene un rostro como de cadáver, escondido por un sombrero de ala ancha. ‘Un-Still Life’, es un bodegón o una naturaleza muerta, refleja la composición clásica de los cuadros tradicionales, de la vida inmóvil. Sin embargo, esta obra está llena de vida, dado que una colonia de corales se estableció por encima, convirtiéndola en un trabajo en proceso.

Fuente:  http://www.natura-medioambiental.com ;  http://www.mexicodesconocido.com.mx ;  http://serturista.com/mexicohttp://www.homines.com

 

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